Resolviendo conflictos

El ejercicio que os presento tiene la intención de buscar nuevas alternativas, conclusiones o/percepciones a algún conflicto que hayamos vivido, ya sea de pareja, familia, con nuestras amistades, ya sea en el presente, pasado o incluso futuro (es decir, que está por venir).
Tenemos que tener en cuenta varios aspectos importantes para poder entender previamente la tarea.
La parte fundamental del ejercicio tiene que ver con la capacidad de empatizar que ambas partes tiene con la otra persona, la cual suele ser en muchos casos nula cuando estamos sometidos epor el problema en cuestión. No significa que no seamos empáticos, sencillamente en ese momento nos dejamos llevar por las emociones, generando una espiral de conflicto en muchos casos, llegando a ciertas circunstancias que ninguna de las partes sale aventajada.
Otro aspecto importante del ejercicio es entender que, todo comportamiento tiene una intención positiva para la persona o grupo al que pertenece, aunque en algunos momentos la conducta no nos deje ver dicha intención.
Por último, es importante ser capaz de visualizar las partes implicadas y ahora, en un estado de cierta tranquilidad, permitirnos empatizar con la situación.
Una vez comentado lo anterior, paso a explicar el ejercicio en cuestión:
Primero de todo, tendremos que imaginar la situación del conflicto, y meternos desde nuestra perspectiva, es decir, como si nuestra piel fuera un vestido. Nos introducimos en ese vestido tan conocido por nosotros y nos centramos en lo que vemos, pensamos, sentimos y sobretodo, el por qué estamos actuando como estamos actuando. Podemos dedicar unos 5 minutos aproximadamente, centrándonos en todo ello.
Una vez lo hemos hecho, lo haremos desde otro vestido: el disfraz de la persona con la que hemos tenido el conflicto. De la misma manera, nos centraremos en nuestros pensamientos, sensaciones, pensamientos, actos, etc. Igual que hemos hecho, pero desde la piel de la otra persona.
Por último, nos quitaremos este traje y observaremos el conflicto desde fuera, observando cómo se comporta cada uno, desde una perspectiva en la que nosotros no somos partícipes del conflicto.
Después de dedicar otros 5 minutos, reflexionaremos sobre todo ello. Probablemente ya no tengamos la misma percepción del problema, puesto que verlo de diferentes perspectivas ayuda a entender el conflicto de una forma más global, y más aún, nos permite disminuir la probabilidad de que nosotros tengamos razón al 100%, eliminando esta posibilidad absolutista y permitiendo escoger o valorar otra opción más adaptativa, mejorando así nuestra calidad de vida al ya no sufrir de la misma manera el conflicto en cuestión.