Celos: ¿Destrucción o construcción?
Todos en algún momento hemos sufrido celos en nuestra propia carne o hemos sufrido los celos de nuestra pareja. Estaremos de acuerdo que el mecanismo de los celos funciona de forma paradójica, puesto que cuanto mas los expresamos y más "atención" dedicamos siempre con nuestra mejor intención (aunque casi siempre en forma de persecución o investigación), más efecto distanciador sufrimos por ella, iniciando un bucle en el que lo que nuestra pareja haga o no haga, son motivos para desconfiar de ella y pensar que nos esta engañando, que ya no nos quiere igual que antes, etc. En mi opinion, los celos no son de naturaleza negativa: Son nuestro uso los que le dan un polo u otro. SI buscamos la definición de celos podemos encontrar la siguiente:
"Celos: Sentimiento que experimenta una persona cuando sospecha que la persona amada siente amor o cariño por otra, o cuando siente que otra persona prefiere a una tercera en lugar de a ella."
Como podemos ver, la definición ya polariza el sentimiento en cuestión, cuando el verdadero problema de los celos es lo que interpretamos de ellos y sobretodo, el comportamiento que adquirimos.
Podemos entender los celos como refleja la definición, por lo que pasamos a convertirnos en unos detectives imperfectos que deja pistas por doquier de su investigación, avisando al presunto ladrón de que está vigilado, haciendo que, si presuntamente fuera a realizar el atraco, no lo realice, y así de nuevo, el detective seguirá atento a ello. Ya estamos en el bucle destructivo en el que la paciencia de nuestra pareja y el grado de dependencia entre otros aspectos hará que nuestra relación perduré un mayor o menor tiempo.
En cambio, contradiciendo la definición anterior, tomemos los celos desde otra perspectiva: Pongamos en el supuesto que estos sentimientos son generados porque queremos a esa persona y, por tanto, aparece la idea de que pueda en algún momento dejarnos por alguien mejor que nosotros (o diferente) o simplemente dejar de querernos, sin más. Esto nos dolería, por lo que, tendremos que esmerarnos en como mínimo, ponerselo difícil al siguiente pretendiente o pretendienta. Así pues, nuestra energia se vería orientada a dar motivos a nuestra pareja (de forma constante y no esporádica) para que continue a nuestro lado, mejorando la calidad de nuestra relación en cada ocasión que nos aparezca, aumentando día a día nuestra confianza en nosotros mismos y viendo como nuestra pareja reacciona ante los hechos, retroaliemntando nuestars acciones.
Por lo tanto, tenemos dos maneras de gestionar estos sentimientos: de forma constructiva en la que tenemos opción de mejorar nuestra relación de forma cualitativa o gestionarlos en forma de espionaje e investigación, iniciando un bucle en el que ocurra lo que ocurra, ya estaremos sumidos a la profecía autocumplida (que se comentará en proximos artículos) que nos demostrará que nos engaña aún no siendo engañados, habiendo sido nosotros mismos los creadores de que esto ocurriera.